1) Choc, negación: Es el momento en que se tiene información sobre la perdida, pero el choc produce incredulidad, la totalidad de la conciencia se niega a creer la información recibida, por lo cual hay una negación que tiende a producir una fuga o la búsqueda de la constatación.
2) Ira: Una vez que la perdida se hace innegable, se produce una contrareacción violenta que busca respuestas, culpables, que produce cuestionamientos, acusaciones y reproches, hacia si mismo, hacia los otros, hacia la existencia misma. La violencia es producto del dolor de la perdida, y es un modo de defensa que intenta contrarrestar ese dolor.
3) Negociacion: La perdida y la entrada en el estado de ira nos deja en una condición de dificultad que nos obliga a un cambio de las condiciones de vida. Es entonces cuando se hace necesaria una negociación con la finalidad de establecer nuevos parametros. En esta negociación pueden verse incluidas otras personas, pero la negociación mas importante es aquella que se lleva consigo mismo.
4) Depresión: La perdida de horizonte deja un vacío en el individuo que lo conduce a la falta de motivación y a la tristeza. La duración y la intensidad de esta etapa no depende de la intensidad o la importancia dada al objeto de la perdida.
5) Aceptación: Etapa donde hay una mayor comprensión y aceptación de la perdida. La persona en duelo puede sentir aun la tristeza, pero esta tristeza deviene anecdótica y deja de hacer parte del epicentro del diario vivir. La persona empieza a poner en practica la nueva organización de su vida en armonía con la ausencia del objeto de la perdida.
La perdida es componente necesario al vivir. La perdida es también una llave para la comprensión y el conocimiento. Gracias a la perdida podemos descubrir, recordar o poner al día la distinción entre lo esencial y el resto. La perdida es también útil para recordarnos y hacernos revivir la libertad de espíritu que nos ha sido dada, y la omnipotencia de Dios que nos permite crear y recrear el mundo en armonía con su voluntad divina.
Mateo 17
20 Jesús les dijo:
—Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: “Quítate de aquí y vete a otro lugar”, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
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